EL  CHIP  DEL  AMOR




Conversando con una de mis tías, que quedó viuda hace más de cinco años, llegué a la conclusión de que todos  tenemos un chip en nuestro cerebro. Ella me confesó que hace algunos meses tenía un romance telefónico con un caballero, tal parece que se había vuelto a enamorar después de tanto tiempo sola.

Todo marchaba bien, conversaban diariamente y parecía que era el indicado, un hombre soltero, muy trabajador y educado… Al cabo de seis meses decidieron conocerse, el encuentro seria en la casa de mi tía, la misma casa que compartió durante décadas con su difunto esposo.

Me cuenta que antes de que llegara su enamorado, empezó a sentirse nerviosa (algo lógico pues era la primera vez que se verían frente a frente), pero eso no fue todo, a penas llegó el señor ella quería que el regresara en el mismo taxi en donde había llegado; era tanta la incomodidad que le producía que no  le invitó a sentar, tomó su cartera indicándole al señor que ella tenía que salir.

Sé que quizás están pensando que a lo mejor el hombre no era apuesto, pero no fue así,  era todo un galán. Analizando el comportamiento de mi tía, (pues ella no es así, ya que acostumbra a tratar a todas las personas  con cortesía y las mejores atenciones), llegué a la conclusión de que tenía un chip que le impedía entablar una relación sentimental con otra persona.

Nuestro cerebro es tan poderoso que trabaja de forma automática, cuando desde pequeña a mi tía sus padres le decían que solo podía casarse una vez y que con ese hombre tendría quedarse por el resto de su vida, ya la estaban programando, grabaron esa información en su subconsciente, es de ahí que muchas personas terminan solas en la vida. 

También podemos aplicar esta hipótesis a aquellas personas que han perdido su trabajo, amigos, bienes materiales… y peor aún aquellos que desde niños fueron discriminados, rechazados o a quienes le hicieron creer que no servían para nada, a todos ellos se les hace muy difícil seguir adelante, a menos que cambien el chip o la programación que recibieron.

Inmediatamente se termina una relación sentimental o de amistad, un trabajo, o cambiamos de lugar o de status, o escuchamos a los demás decir que no somos capaces de hacer algo, debemos de reemplazar esos comandos por otros comandos que sean positivos, de esta forma nuestro cerebro bloquea todo aquello que no queremos y así  puede adaptarse rápidamente al cambio; a pesar de la angustia, el miedo a lo desconocido y la incertidumbre de no saber si tendremos éxito o no.

El cambio es importante, porque nos motiva y nos hace fuertes y creativos, siempre y cuando seamos optimistas ante él. Es como una computadora, si tienes información que ya no es útil, simplemente dale deleite, y comienza a escribir una nueva historia.

De esta manera podemos tener una vida emocionalmente saludable, si aprendemos a soltar, a desapegarse, a pasar la página  y  a dejar  ir  todo aquello que ya no encaja, que nos hace daño o que simplemente cumplió su cometido, así  estaremos listos y con suficiente espacio para recibir y disfrutar todo lo bueno que Dios nos regala.  ¡Solo espero que mi tía comience a cambiar el chip del amor y pueda volver amar!



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