Meghan Markle acusada de plagiar idea infantil: ¿coincidencia creativa o desprecio silencioso?
Meghan Markle acusada de plagiar idea infantil: ¿coincidencia creativa o desprecio silencioso?
Una autora británica, sobreviviente de cáncer, denuncia las similitudes entre su serie infantil Pearl Power y el cancelado proyecto animado Pearl de Meghan Markle para Netflix.
Por Rita Mendoza – TMK News
Cuando Meghan Markle anunció en 2021 la serie animada Pearl como parte del millonario acuerdo entre Archewell Productions y Netflix, muchos vieron el proyecto como un paso inspirador: una historia sobre una niña que, mientras atraviesa los retos de la infancia, se empodera gracias a mujeres extraordinarias de la historia.
Con Meghan como productora ejecutiva, junto a David Furnish (esposo de Elton John), el proyecto fue presentado como una apuesta feminista, educativa y moderna. Incluso se promocionó con una cita de la propia duquesa:
“Como muchas niñas de su edad, nuestra heroína Pearl está en un viaje de autodescubrimiento mientras trata de superar los desafíos cotidianos de la vida. Estoy encantada de que Archewell Productions, en asociación con la poderosa plataforma de Netflix y estos increíbles productores, puedan juntos traerles esta nueva serie animada que celebra a mujeres extraordinarias a lo largo de la historia.”
Pero ese mensaje —al igual que el proyecto— fue eliminado silenciosamente del sitio oficial de Archewell poco tiempo después.
Una historia que ya tenía autora: Mel Elliott
En Hastings, Inglaterra, la escritora e ilustradora Mel Elliott leía sobre Pearl con creciente incomodidad. Su personaje Pearl Power había sido protagonista de tres libros infantiles publicados entre 2014 y 2016, donde una niña curiosa y decidida se empoderaba aprendiendo sobre mujeres históricas.
La autora, cuya obra ha sido traducida a varios idiomas y vendida en tiendas como WHSmith, Bloomingdale's y Barnes & Noble, incluso había comenzado a trabajar en una adaptación animada en 2019, con un episodio piloto sobre la tenista y activista Billie Jean King.
Cuando se anunció Pearl de Meghan, Mel actuó con respeto: envió una carta legal a Archewell en 2021, seguida por dos cartas personales.
No recibió respuesta.
“Meghan es una feminista que dice defender a otras mujeres, así que me decepcionó y confundió ver algo tan parecido a mi obra sin siquiera un mensaje,” declaró Mel en entrevista.
Más allá de los derechos creativos, la historia tiene una dimensión profundamente humana: Mel Elliott es sobreviviente de cáncer. Durante su tratamiento, continuó creando y defendiendo su obra con pasión y convicción.
Lo que pedía no era dinero. No quería escándalo. Solo una oportunidad para ser escuchada, reconocida, tal vez incluso formar parte del proyecto. Pero lo que recibió fue lo peor: el silencio absoluto de quienes hoy hablan de “dar voz a los que no la tienen”.
En 2022, Netflix canceló oficialmente Pearl como parte de una reestructuración de contenidos. Sin embargo, lo que llamó aún más la atención fue la rapidez con la que todas las referencias al proyecto desaparecieron del sitio web de Archewell.
Las declaraciones, imágenes y la sinopsis fueron eliminadas discretamente. Como si nunca hubieran existido. Para muchos, un intento de minimizar una coincidencia incómoda. Para otros, una estrategia para evadir consecuencias legales o reputacionales.
Este incidente no es único en la trayectoria empresarial de Meghan Markle:
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Su marca American Riviera Orchard provocó críticas por usar un nombre con fuertes vínculos geográficos y culturales en California.
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Su segundo intento, bajo el nombre As Ever, coincidió con una marca registrada en Nueva York.
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Se han reportado ventas de productos sin stock ni reembolsos, lo cual ha generado reclamos de consumidores frustrados.
Meghan Markle ha construido una imagen como mujer empoderada, defensora del cambio y promotora de las voces silenciadas. Pero lo que este caso revela es una contradicción preocupante entre lo que se predica… y lo que realmente se practica.
Porque empoderar a otras mujeres no significa usarlas como inspiración sin darles crédito.
Significa escuchar. Reconocer. Y actuar con coherencia.
Mel Elliott no buscaba fama. Solo justicia creativa.
Y lo que recibió fue el eco ensordecedor de una oportunidad perdida.
¿Crees que Meghan Markle cruzó la línea al crear Pearl? ¿O fue una desafortunada coincidencia?
Déjanos tu opinión en los comentarios. Porque si algo nos enseña esta historia, es que en un mundo donde las grandes figuras tienen todas las plataformas, la responsabilidad también debería ser proporcional.
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