Edgar Tamayo Mexicano Ejecutado en Texas
HOUSTON,
Texas.- Edgar Tamayo
Arias recibió la inyección letal a
pesar de las súplicas y la presión
diplomática del Gobierno mexicano y del Departamento de Estado.
La ejecución estaba pautada para las 6:00
p.m. pero fue hasta las 9:20 cuando se aplicó la inyección, diez minutos después
fue declarado muerto. Los testigos dicen que Edgar no quiso emitir ningùn
comentario, pero que luego de recibir la sustancia que terminaría con su vida
no hizo ningùn gesto, ¨era como si estuviera dormido¨.
Familiares y amigos llegaron hasta la cárcel de Huntsville para apoyar a Tamayo y en espera de un milagro que no sucedió,
ya que la Corte Suprema rechazó las dos apelaciones solicitadas por los
abogados de Tamayo.
Los canticos y rezos de quienes estaba allí por Edgar, contrastaban con el ruido de los motores de un
grupo de policías compañeros de Gaddis, daban vueltas por la cárcel de Huntsville, en señal de
protesta por el
retraso en la ejecución y luego
celebrando el fallo de la Corte Suprema.
ANTECEDENTES DEL CASO
La madrugada del 31 de enero de 1994, Guy P.
Gaddis, agente de la policía de Houston, Texas, realizaba un patrullaje cuando
una persona lo detuvo: había sido asaltado por dos sujetos y pidió ayuda al
oficial.
Gaddis detuvo a los sospechosos; a uno de
ellos le encontró un reloj que pertenecía al hombre que minutos antes había
solicitado su ayuda. El policía esposó
a los detenidos y los subió en la parte trasera de la patrulla. Sin embargo,
durante el traslado uno de ellos -a pesar de estar esposado- le disparó tres
veces en la cabeza a Gaddis.
Édgar Tamayo fue el ladrón detenido que
asesinó a Gaddis. Tras hacerlo, logró salir de la patrulla aunque fue reaprehendido
cuadras más adelante. El otro detenido,
Zarco Mendoza, quien era amigo de Tamayo, declaró a la policía cómo habían
ocurrido los hechos y sirvió de testigo de la fiscalía en el juicio contra el
mexicano.
Al ser cuestionado sobre la razón por la
cual disparó contra Gaddis, Tamayo respondió que lo hizo porque estaba enojado
con el oficial quien no le permitió pasar a dejarle unas llaves a su esposa,
antes de ser trasladado a la cárcel.
Esto según el expediente que puede
consultarse en línea en el Departamento de Justicia Criminal de Texas. En el Código Penal de Texas el asesinar a un policía o un bombero que ese
ejerciendo su oficio es uno de los crímenes más graves y se paga con la pena capital, que
es la pena de muerte.
Actualmente son 267 personas esperando la pena de muerte en
Texas, entre ellos 78 hispanos. La siguiente ejecución de un latino se
realizará el 9 de abril.



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